Miguel Ángel Ochoa, Jorge Hernando y Alberto Camarero en la presentación del estudio.
La dificultad de coordinación y consenso entre las distintas Administraciones Públicas, máxime cuando son de diferente signo político, es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la movilidad en las ciudades. Esta es una de las conclusiones del estudio “La movilidad en áreas metropolitanas. Un desafío permanente” realizado por el Think Tank Movilidad de la Fundación Corell y presentado esta semana.
El estudio, además, cuestiona el “juicio político” en actuaciones que no lo requieren, ya que se trata de cuestiones puramente técnicas, y la dificultad de integrar al sector privado en las que así lo demandan.
Las nuevas fórmulas de transporte que han irrumpido en los últimos años (VTC, vehículos compartidos o de movilidad personal) suponen un importante reto para las autoridades, según Josep María Fortuny, uno de los autores del estudio, por “el impacto en el sistema tradicional de transporte público, especialmente en el colectivo”.
También porque un cambio acelerado y sin preparación de las pautas de movilidad en las ciudades puede originar “externalidades que lastren políticas orientadas al fomento del transporte colectivo y la reducción de la congestión”.
El estudio también analiza la distribución urbana de mercancías y los planes de calidad del aire (PCA), en los que la mitad de ayuntamientos que han aprobado su PCA no han previsto la inversión necesaria. “Ni siquiera aparece, en algunos casos, una cifra total estimada para el conjunto de medidas”, asegura Samir Awad, autor de este apartado.
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