Un 45% de no usuarios del transporte público lo usaría si no fuera fácil aparcar en el destino

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Para absorber el aumento de usuarios hay que potenciar mejoras como la frecuencia de paso.


Casi la mitad de los no usuarios del transporte público en Madrid y Barcelona empezarían a usarlo si se encontraran con dificultades para aparcar en su destino, según señala el informe “Descifrando al No Viajero” de la asociación de transporte público urbano y metropolitano Atuc Movilidad Sostenible.


En el conjunto de España, los que se convertirían en usuarios resulta un porcentaje muy parecido al de las dos grandes metrópolis, un 44%. Un dato a tener en cuenta en tanto el anteproyecto de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que en breve entrará en fase de tramitación parlamentaria, obligará a los municipios de más de 50.000 habitantes a crear zonas de bajas emisiones no más tarde de 2023.


Sin embargo, la patronal hace hincapié en que estas restricciones al tráfico privado contaminante requerirán que las administraciones competentes potencien el servicio de transporte público urbano y metropolitano para absorber el aumento de usuarios por el trasvase desde el automóvil, garantizando una adecuada prestación de servicio, tanto en términos de tiempo como de comodidad.


En este sentido, Atuc calcula que el transporte público podría alcanzar en España los 7,5 millones de usuarios, frente a los 4,5 millones actuales. No obstante, reconoce que para ello habría que implementar mejoras en el sistema relacionadas sobre todo con la velocidad, entre las que destaca el aumento de la frecuencia de paso. De hecho, si ésta fuera mayor, el 27% de los que todavía no usan el transporte público empezarían a utilizarlo.


Además, la entidad considera necesario reducir el número de coches en circulación para rebajar los niveles de contaminación. Y en ello tiene mucho que ver el tráfico rodado, que origina el 50% de las emisiones contaminantes en los centros urbanos y, de ellas, más del 90% corresponden a los automóviles. Sin embargo, las medidas que se implanten para combatir este problema no deben ir solamente en la dirección de electrificar el parque de vehículos, puesto que se necesitarían tres décadas para ello, y además no acabaría con el problema de los atascos.


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