Carlos Rojas califica con un sobresaliente la respuesta de proveedores y empleados.
EL TRANSPORTE FRENTE AL CORONAVIRUS.- La situación generada por el confinamiento decretado por el Gobierno para contener la propagación del coronavirus está afectando, en mayor o menor medida, a todos los actores del transporte de mercancías. Incluso aquellos que podrían parecer a salvo, como los operadores que se dedican mayoritariamente a transportar productos alimentarios, acusan el golpe.
Así sucede con Transportes Erustes, empresa especializa en el transporte de productos cárnicos y mercancía general con sede en la localidad toledana de La Puebla de Montalbán, a la que el estado de alarma y la cuarentena está afectando “en un porcentaje importante a nuestra actividad; no solo trabajamos alimentación. Aún así, toda la alimentación que se transporta y fabrica no es para los supermercados”, matiza el responsable de Operaciones de Flota de la entidad, Carlos Rojas López, quien menciona la desaparición de la demanda por parte del canal Horeca.
Pero incluso si nos centramos exclusivamente en la parte de su actividad dedicada al suministro de alimentos a las grandes superficies, el directivo de la empresa castellanomanchega subraya que “las ultimas estadísticas dicen que el consumo de productos de primera necesidad (los que se adquieren en los supermercados) ha bajado un 30%”.
A pesar de operar en este poco halagüeño escenario, Rojas López no se plantea, de momento, solicitar alguna de las ayudas aprobadas por el Gobierno con el objetivo de minimizar el impacto que la crisis generada por el Covid-19 tendrá en las empresas. “De hecho, son inconcretas y poco eficaces para lo que necesitamos”.
El panorama no es demasiado alentador, pero siempre hay motivos para la esperanza. Transportes Erustes está logrando sortear esta situación excepcional sin necesidad de reducir su plantilla, aunque ha dado vacaciones a cuatro conductores ante la caída de la actividad.
Unos conductores que, por cierto, no han tenido problemas de escasez de Equipos de Protección Individual (EPIs), puesto que “guantes y mascarillas son elementos que ya nos obligaban a utilizar en el sector y clientes que trabajamos”, detalla Rojas López, quien añade que su proveedor habitual de este material “tenía una partida preparada para nosotros”.
Cuando estalla una crisis de este calibre en tan poco tiempo afecta todas las relaciones que se tejen a nivel empresarial. Por eso, resulta especialmente satisfactorio comprobar cómo el responsable de Operaciones de la empresa familiar toledana concede “un sobresaliente” tanto a empleados como a proveedores. En cuanto a los clientes, hay división de opiniones: “Algunos muy bien, nos ayudan; otros prefieren mirar para otro lado”, remacha el empresario.
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